junio 10, 2010

CONCEPTOS SOBRE LO EMERGENTE

LO EMERGENTE

- Emerger: Brotar, salir a la superficie. Aparecer en medio de algo. Destacarse de un conjunto. (Dic.)
- Que emerge, que nace, sale y tiene origen en otra cosa. (Dic.)

El concepto emergente explica la totalidad cualitativa de cambios que son generados espontáneamente por un sistema. Las propiedades de este comportamiento se deben a las interacciones entre los diferentes partes del sistema. Este tipo de discurso proviene de las ciencias y en particular de los estudios sobre complejidad (Edgar Morin).

Desde una perspectiva socio-cultural se refiere a un nuevo conocimiento que irrumpe en nuestro contexto (Raymond Williams). Por ejemplo: cuando vemos que regiones o países que no eran parte de la cartografía cultural occidental empiezan a “brillar” o “visibilizarse” en el mapa, se definen como zonas o procesos emergentes, o cuando sectores de la periferia urbana se expresan cultural o artísticamente se definen ya como culturas emergentes.

Desde un punto de vista local, es a partir de las grandes migraciones provincianas ocurridas desde mediados del siglo pasado, que ya se configuran una serie de procesos culturales que diferencian la Lima actual en sectores definidos como dominantes y emergentes. (Matos Mar) (Aníbal Quijano)

Lo emergente en el siglo XXI comparte dos sentidos que no se contraponen sino más bien se pueden estructurar en conjunto:

a) Lo nuevo, en referencia a las nuevas tecnologías informativas y comunicativas, y
b) Los entornos locales socio-culturales de la periferia.

Lo emergente amplifica los avances culturales que emplean conceptos de la ciencia y la tecnología para producir un nuevo tipo de interacción socio-cultural.

En las relaciones entre cambio social y cambio cultural, todo periodo sociocultural posee un dinamismo que se expresa en formas dominantes, residuales y emergentes. Las formas culturales dominantes están íntimamente integradas a los mecanismos sociales de dominación y son el espacio donde se despliega la reproducción cultural, lo residual es la "obra realizada en sociedades y épocas anteriores y a menudo diferentes, pero todavía accesibles y significativas" y lo emergente es "la obra de diversos tipos nuevos (...) accesibles como prácticas", es decir "los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente" (Raymond Williams)(1).
Lo emergente, en tanto nuevo, puede ser objeto de intensiva incorporación (adaptación) sobre todo cuando se trata de valores "alternativos y de oposición"; o puede ser objeto de exclusión y marginación. Las culturas populares urbanas consideran elementos arcaicos, residuales (a veces resistentes, a veces apropiados y adaptados en la dominación) y elementos emergentes (a veces alternativos y opuestos a los valores dominantes, a veces integrados sistemáticamente mediante dinámicas de reconocimiento y expropiación, y muchas veces sencillamente excluidos, rechazados e invisibilizados por la formación cultural dada).


CULTURAS EMERGENTES:

“Hablar de América como una civilización emergente no es una utopía irrealizable: es el único camino que tenemos para asumir nuestra diferencia en términos de un proyecto que nos asegure un lugar digno en el nuevo milenio.
No asumirnos como civilización es aceptar la servidumbre espiritual, conformarnos con ser furgón de cola de Occidente, renunciar al futuro.”

Adolfo Colombres

Son las nuevas culturas que se conforman a partir de la necesidad por mantenerse dentro de la sociedad de manera no “formal”. Se crean gracias a la emergencia de múltiples movimientos sociales que desbordan, a través de sus discursos y prácticas, las tradiciones científicas de perfil autoritario. Son organismos dinámicos y efectivos que impulsan a la integración y fortalecimiento de las asociaciones, desde una identidad compartida como cuerpo con políticas, estrategias y acciones comunes al servicio de la transformación social, en relación a una interculturalidad (Rossana Reguillo).

Resultan de los fenómenos sociales como los desplazamientos internos, las migraciones, las dinámicas sociales y culturales urbanas y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Como una creciente visibilidad de actores, prácticas y representaciones que trastocan los esquemas tradicionales del hacer ciencia y que en su accionar de designados se tornan en designadores. Es decir, señalan con su presencia la multiplicidad de conflictos que la sociedad contemporánea y sus expertos deben analizar. (Por ejemplo, los movimientos indígenas que interpelan al Estado-nación y las formas de la política tradicional)

Según el modelo de Toynbee para la evolución de las culturas (ascenso-culminación-declinación-desintegración), la declinación ocurre cuando una cultura se ha vuelto demasiado rígida en su tecnología u organizaciones sociales para responder el desafío que plantean las cambiantes condiciones.

Durante este proceso de declinación y desintegración, mientras la corriente cultural predominante se petrifica al aferrarse a ideas fijas y patrones rígidos de conducta, aparecen en escena estructuras creativas que transforman algunas de los antiguos elementos en nuevas configuraciones que se vuelven parte de la nueva cultura emergente.

Así, los partidos políticos tradicionales y sus ideologías políticas, las grandes corporaciones multinacionales y la mayoría de nuestras instituciones académicas forman parte de la cultura declinante (dominante).

Mientras la transformación está ocurriendo, la cultura declinante se rehúsa a cambiar aferrándose aún mas a sus ideas caducas, tampoco las instituciones sociales dominantes entregarán su rol directivo a las nuevas fuerzas culturales. Pero su declinación y desintegración serán inevitables, mientras la cultura emergente seguirá ascendiendo y a la larga, asumirá su rol directivo

- En los momentos de transición entre distintos sistemas sociales se dan nuevas formas, o manifestaciones de convenciones sociales, artísticas, etc, -frecuentemente en áreas sociales excluidas por las hegemonías- al mismo tiempo otras que son continuaciones de las anteriores. A esas formas nuevas, Williams las etiqueta como emergentes, mientras que a las que continúan siendo vigentes se las conoce como residuales.

La relación entre formas residuales y emergentes da lugar a procesos complejos y contradictorios en referencia a la cultura dominante, la cual lleva a cabo la formación de una tradición selectiva a partir de procesos de inclusión y exclusión de las formas a su disposición, con la finalidad de reafirmar de manera cultural e histórica los intereses de poder de una clase. La idea del carácter arbitrario de la cultura y de la existencia de una serie de significados escondidos en el pretendido carácter natural de la cultura hegemónica ya fue desarrollada con anterioridad por Roland Barthes, quien, en su texto "Mythologies" (1970) analiza los procesos a través de los cuales los aspectos definitorios de las clases dominantes son universalizados y naturalizados

- Siguiendo la propuesta de Raymond Williams (1994), que explica las relaciones entre cambio social y cambio cultural, todo periodo sociocultural posee un dinamismo que se expresa en formas dominantes, residuales y emergentes. Las formas culturales dominantes están íntimamente integradas a los mecanismos sociales de dominación y son el espacio donde se despliega la reproducción cultural, lo residual es la "obra realizada en sociedades y épocas anteriores y a menudo diferentes, pero todavía accesibles y significativas" y lo emergente es "la obra de diversos tipos nuevos (...) accesibles como prácticas".

- En las formaciones culturales, además de los valores dominantes, están lo arcaico, lo residual y lo emergente. (Williams)
Lo arcaico refiere a aquello que es reconocido como pasado muerto, susceptible de cierta reanimación especializada a través de los museos, la actividad de los folcloristas o el turismo de lo exótico.
Lo residual alude a aquello que, proviniendo del pasado, sigue siendo cultura viva en el presente. Lo residual, en algunos casos, es resistente a la dominación, integra viejos valores y prácticas culturales que de alguna manera son alternativos y hasta opuestos a los valores contemporáneos y dominantes. Pero también habría formas conservadoras de lo residual y maneras en que lo residual es apropiado e incorporado a la cultura dominante.

Y finalmente, habla de Lo emergente, es decir "los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente". Lo emergente, en tanto nuevo, puede ser objeto de intensiva incorporación (adaptación) sobre todo cuando se trata de valores "alternativos y de oposición"; o puede ser objeto de exclusión y marginación. Las culturas populares urbanas consideran elementos arcaicos, residuales (a veces resistentes, a veces apropiados y adaptados en la dominación) y elementos emergentes (a veces alternativos y opuestos a los valores dominantes, a veces integrados sistemáticamente mediante dinámicas de reconocimiento y expropiación, y muchas veces sencillamente excluidos, rechazados e invisibilizados por la formación cultural dada).

- Entender a la cultura moderna como una totalidad, es decir como un sistema de relaciones sociales que sigue un proceso dinámico, es parte de un paradigma cognitivo que surgió en el itinerario ramificado que ha seguido el "sistema-mundo" en el largo período conocido como modernidad o capitalismo, de acuerdo a sus definiciones totalizadoras más logradas. Raymond Williams, uno de los teóricos de la cultura más grandes del siglo XX, captó la dimensión histórica de una formación social específica mediante la conceptualización tripartita compuesta por lo dominante, lo residual y lo emergente.

- Esos tres componentes coexisten y se interrelacionan en el "proceso social real", es decir en el entramado de "experiencias y prácticas activas que integran una gran parte de la realidad de una cultura y de su producción cultural". Para que ese "complejo efectivo de experiencias, relaciones y actividades" no sea reducido -salvo con una finalidad analítica- a un sistema o a una estructura, resulta más adecuado hablar de "hegemonía".

Este último concepto da cuenta de un proceso mucho más dinámico que el aludido por el de dominación o ideología dominante y, al mismo tiempo, constituye una definición más sustancial y menos trascendental. En palabras de Williams: "...ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluye o agota toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana".

Por el contrario, en el proceso de formación y constante redefinición de la hegemonía, el orden dominante puede no incluir a lo residual y a lo emergente y, por lo tanto, intentar incorporarlos o simplemente negarlos, excluirlos, reprimirlos y hasta no reconocerlos. Lo residual es lo que ha sido formado en el pasado pero todavía se halla en actividad en el proceso cultural presente. En tanto son "expresadas o sustancialmente verificadas en términos de la cultura dominante", esas experiencias y representaciones pueden presentar una alternativa e incluso una oposición con respecto a la primera.

Como contrapartida, cuando lo activamente residual es incorporado al orden dominante estamos en presencia del "trabajo de la tradición selectiva". Por su parte, lo emergente está constituido por los nuevos significados y prácticas que se crean continuamente y aún no han sido incorporados a la cultura dominante. Mientras que lo emergente mantiene ese carácter potencial o activamente alternativo, lo meramente nuevo implica otra fase en el devenir de lo dominante.

- En su análisis de Gramsci, Williams reconoce el carácter dinámico de la hegemonía, en oposición a las connotaciones potencialmente estáticas de la “ideología”. Consecuentemente, como concepto, la hegemonía conlleva alusiones a la lucha, pero no sucede lo mismo con la ideología. La noción de hegemonía es inherentemente relacional, además de práctica y dinámica. Con las nociones de “dominante”, “residual” y “emergente” que caracterizan las relaciones dinámicas y los contrastes en el interior de una misma cultura, Williams complejiza la noción de hegemonía (consolidada por los rasgos dominantes) enfrentándola con el conjunto de elementos residuales que persisten desde el pasado o los emergentes que se originan en el presente anunciando la aparición de configuraciones nuevas.

La diferenciación de estos rasgos permite contemplar la heterogeneidad constitutiva de los artefactos culturales y artísticos. El reconocimiento de estos elementos residuales y emergentes le sirve de herramienta a Williams para explicar el cambio cultural (y artístico). Mientras necesitamos definir algunas relaciones relativamente estables de dominación y subordinación, tenemos también que examinar muchas de esas relaciones en sus formas más dinámicas. Como vía para analizar esas formas dinámicas, distingue entre las residuales, las dominantes y las emergentes.

- El análisis histórico parte de la necesidad de reconocer la complejidad y las relaciones dinámicas que son intrínsecas al proceso cultural y material. En todo proceso cultural, además de lo "dominante" y lo "efectivo" (y en este sentido de lo hegemónico) están siempre presentes lo "residual" y lo "emergente". Esto se debe a que ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluye o agota toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana. (Williams 1977).

Mientras lo "residual" se define como un elemento del pasado que se halla todavía en actividad dentro del proceso cultural, lo "emergente" alude a los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente. En la estructura de toda sociedad concreta, y especialmente en su estructura de clases, existe siempre una base social para los elementos del proceso cultural que son alternativos o de oposición a los elementos dominantes. Una nueva clase social constituye siempre una fuente de una práctica cultural emergente. Otra fuente fundamental de lo emergente está dada por el área de la experiencia social excluida por las definiciones de lo dominante.

RAYMOND WILLIAMS:

- Lo EMERGENTE alude a los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente.
- Constituido por nuevas significados y prácticas que se crean continuamente y aún no han sido incorporadas a la cultura dominante.
- Una fuente fundamental de lo EMERGENTE está dada por el área de la experiencia social excluida por las definiciones de lo dominante.
- Lo dominante (o lo hegemónico) esta enfrentado a un conjunto de elementos que persisten del pasado (residuales) o a los EMERGENTES que se originan en el presente anunciando la aparición de configuraciones nuevas.
- El análisis histórico parte de la necesidad de reconocer la complejidad y las relaciones dinámicas que son intrínsecas al proceso cultural y material. En todo proceso cultural, además de lo "dominante" y lo "efectivo" (y en este sentido de lo hegemónico) están siempre presentes lo "residual" y lo "emergente". Esto se debe a que “ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluye o agota toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana. (Williams 1977)”.
- Raymond Williams insistió en el uso de la noción de “estructuras del sentir” para construir una descripción teórica de “cultura” como el proceso de “interacción”, “conflicto”, tensión incómoda, disturbio, malestar, resistencia, atasco, cruce más o menos violento entre ideología y experiencia. Frente al “modelo social” articulado en expectativas, convenciones, ideas y actitudes valoradas y disponibles (“lo que se piensa que se está viviendo”), la literatura o el arte emergen como la configuración material de lo que -fuera de esas articulaciones- se está experimentando, siempre disimétrico o divergente respecto de lo hablado y de lo decible en la medida en que las relaciones sociales nunca son otra cosa que prácticas de sujetos históricos, vidas en proceso, amenazas siempre activas de la desujeción y la incertidumbre.

ROSSANA REGUILLO:

- En el plano de la cultura, la interconexión planetaria (globalización o mundialización) ha vuelto visibles representaciones, prácticas, actores y problemas que, obedeciendo a su propia lógica de configuración histórica, se constituyen, no obstante, en “novedad” no en sí mismos sino en relación con las preguntas que generan y con la crisis de la supuesta racionalidad universal.
- Y ha sido la enorme fuerza de las llamadas minorías culturales (mujeres, indígenas, jóvenes, homosexuales, migrantes, etc.) la que en este fin de siglo ha desplazado la discusión de lo que los teóricos de los movimientos sociales denominaron “el conflicto central” de las sociedades hacia una reconceptualización que comenzó por señalara que los “nuevos” movimientos se organizaban en torno a lo que Habermas llamó “las gramáticas de la vida”. Es decir, conflictos diversos cuyo sentido está anclado en reivindicaciones culturales. Son los márgenes los que en forma simultánea le dan contorno al centro y lo cuestionan...
- Así, y a pesar del reconocimiento de su deuda con los estudios de los movimientos sociales, que han aportado no sólo temas sino también una mirada particular que le ha dado espesor a los estudios de la cultura, en lo que concierne al tema que aquí se discute se ha optado por el término “culturas emergentes”.
- Éste resulta pertinente para la discusión de la problemática que al saber científico le plantea la creciente visibilidad de actores, prácticas y representaciones que trastocan los esquemas tradicionales del hacer ciencia y que en su accionar, de designados se tornan en designadores.

JOSE MATOS MAR:

- En la gesta y en la lucha de las grandes masas de población emergente y urbanizadora que desde la década de 1950 cambiaron la faz del Perú, acabando con la preponderancia del mundo rural y dejándolo en una serie crisis, vigorizando la costa como región y dándole un nuevo rostro a las ciudades del país y, en especial, a la gran Lima, radica una de las bases de la nueva realidad que vive el Perú.
- Desde entonces, el desborde popular ha sido parte de un proceso de alcance mayor. Contagió y estimuló, fue rebosante y expansivo, fue aleccionador y explosivo, al impregnar su actitud contestataria y solidaria-comunitaria a los sectores sociales, culturales, políticos y económicos de las ciudades, de la costa y del país.
- Los sectores populares migrantes a la gran Lima convirtieron a las barriadas en barrios populares y luego en distritos formales, aunque diferenciados socio-económicamente, agrupados por su ubicación geográfica en áreas compactas conocidas como conos. En veinte años estos tienen otra dimensión y otro rostro, manifiestos en su modo de vivir diferente al de la Lima Tradicional.
- Están articulados en torno a tres grandes ejes de comunicación: la Panamericana Norte, La Carretera Central y la Panamericana Sur y cubren tres valles: Chillón, Rímac y Lurín. En su nuevo hábitat han ganado, por su volumen de población, por su extensión geográfica y compacta, por su presencia y singularidad, un sitial propio, prominente y exitoso en la gran ciudad limeña.
- El CONO NORTE, correspondiente al crecimiento poblacional iniciado en la década de 1960, posee hoy una población estimada en 2.095.025 hab., 26% de la población total de Lima Metropolitana.
- El CONO SUR, correspondiente a la década de 1970, tiene 1.336.142 pobladores, 16,6% de la población limeña.
- El CONO ESTE, consolidado en la década de 1980, tiene 1.573.028 hab., el 19,5% de la población metropolitana.
- En total, 5.004.205 habitantes. Es decir, el 62,1% de la población de Lima Metropolitana habita en estas vastas áreas que la población migrante urbanizó desde la década de 1940. Con ella el rostro residencial limeño cambió.
- A la Lima Tradicional se agregó la Lima Opulenta y la Lima de los Conos.
- Establecido en su hereditaria condición de intermediario, el Perú oficial sufre, sin embargo, el debilitamiento provocado por la doble crisis, nacional e internacional. La Lima Metropolitana y el Perú persisten en su marginalidad urbana, económica, social y cultural por causa de la incapacidad del Estado y los organismos públicos para financiar una expansión de servicios y un programa nacional de desarrollo, a la medida de las necesidades generadas por el crecimiento de la población y los cambios de las décadas recientes. En estas condiciones, se enfrenta al desborde multitudinario de las masas, que se organizan y rebasan toda capacidad de control por parte de los mecanismos oficiales, creando las bases de una emergente estructura paralela.
- Se abre paso una nueva cultura peruana en formación. Sufre evidentemente la influencia de los contenidos de la cultura oficial, pero escapa ya de su control y gravita fuertemente hacia lo andino. Sus portadores son la masa urbana.
- El proceso en marcha corroe y disuelve la vieja ilusión criolla de la identidad nacional y pone en tela de juicio las estructuras institucionales del Estado-Nación.
- La acción creciente de las masas emergentes y la gradual cristalización de sus estilos organizativos, económicos, culturales y políticos, así como la creciente paralización del aparato del Estado…son indicadores de que…La respuesta no podrá formularse eficazmente en otros términos que los de una reforma profunda de la estructura del Estado y una redefinición de la identidad nacional peruana en la cultura.
- El Perú oficial no podrá imponer otra vez sus condiciones. Deberá entrar en diálogo con las masas en desborde, para favorecer la verdadera integración de sus instituciones emergentes en el Perú que surge.



Wilder Ramos 
C.H.O.L.O. 
Ventanilla, Junio del 2008.